viernes, 1 de marzo de 2013

La prensa inglesa del s XVIII refleja la soberanía argentina en Malvinas


La prensa inglesa del s.XVIII refleja la soberanía argentina en Malvinas
Una investigación en base a los archivos de los medios ingleses de la época de la invasión sobre el territorio soberano argentino, muestra que la historia es clara en cuanto a la soberanía argentina sobre las islas.
Entre finales del siglo XVIII y el inicio del XIX aparecen en artículos de la prensa de Reino Unido algunas de las discusiones sobre Malvinas, avalando en muchas oportunidades los argumentos que respaldan los derechos argentinos sobre las islas. Una investigación realizada por la agencia de noticias Télam reveló que dentro de las más de 40 millones de páginas históricas digitalizadas en la British Library (Biblioteca Británica), hay notas que hablan de la soberanía española, la toma de posesión de Buenos Aires tras la independencia y las rápidas protestas formales realizadas luego de la usurpación inglesa de 1833.
Los derechos españoles sobre el archipiélago fueron reconocidos de forma expresa por Francia en 1764, que ordenó a los marinos de Saint-Malo (de ahí el nombre Malvinas), comandados por Louis Antoine de Bougainville, la transferencia del primer establecimiento creado en el territorio. Así lo reflejó el diario Leeds Intelligencer: “Se ratificó el tratado en el que las Islas Malouines son cedidas por Francia a este reino (España). Bougainville pronto se embarcará desde Ferrol para esas islas, con un Comisariado y colonos españoles, a quienes se les entregará en forma la soberanía”.
No obstante, al poco tiempo, Gran Bretaña erigió de forma clandestina un pequeño fuerte llamado Port Egmont, lo que motivó la protesta de España y la expulsión de sus ocupantes en 1770. El 14 de diciembre de ese año, la publicación Derby Mercury reprodujo una información de la entonces Oficina de Guerra británica, que manifestó que “una flota española, enviada por el gobernador en Buenos Aires, tomó posesión de Port Egmont” y agregó que en febrero ya se había demandado el territorio “en nombre del Rey de España”.
Por el incidente se esperó, como señaló una editorial del Kentish Gazette de 1771, “una guerra abierta entre España y Gran Bretaña”, sin embargo se firmó un acuerdo donde el país ibérico hizo reserva expresa de su soberanía sobre la totalidad del archipiélago. Como parte de las negociaciones se acordó también que Gran Bretaña se retiraría de Port Egmont en un futuro cercano y así lo hizo. Varios diarios como el Oxford Journal y el Derby Mercury, manifestaron en julio de 1774: “Es una certeza que nuestra gente abandonó la isla”.
Desde entonces y por las siguientes seis décadas, el Reino Unido no pisó las islas ni tampoco protestó por la autoridad que ejerció España desde Puerto Soledad. En 1790 ambos países firmaron el tratado de San Lorenzo de El Escorial, en el que Londres se comprometió a no formar ningún establecimiento en las costas de América ni en las islas ocupadas por España, tal como las Malvinas.
El Caledonian Mercury, en una breve nota titulada “Paz con España” de noviembre de ese año, celebró que ese acuerdo “es perfectamente satisfactorio para Gran Bretaña”. A partir de la Revolución de Mayo de 1810, los primeros gobiernos argentinos consideraron las Malvinas como parte del territorio heredado de la metrópoli y una década después, el Coronel de Marina, David Jewett, tomó posesión del archipiélago en nombre de las Provincias Unidas del Sur. Este último acto público tuvo repercusión en la prensa británica de la época, con notas aparecidas en agosto de 1821 en The Times, el Leeds Intelligencer y en el Morning Chronicle (diario donde trabajó Charles Dickens). El Reino Unido siguió sin realizar protestas y en 1825 reconoció al naciente Estado argentino con la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, en el que no hizo referencia a ninguna pretensión sobre las Malvinas, ya bajo clara jurisdicción de Buenos Aires.
Un artículo de mayo de ese año del Morning Post (publicación adquirida luego por The Daily Telegraph), reprodujo los discursos de los firmantes del acuerdo, el ministro de Gobierno de Buenos Aires, Manuel José García, y el cónsul general británico, Woodbine Parish. El diplomático inglés dijo que el tratado pone a Argentina “en el rango de las naciones reconocidas en el mundo” y deseó que “esta amistad sea perpetua”.
Pero ocho años después, en 1833, una corbeta de la Marina Real británica expulsó por un acto de fuerza a las autoridades argentinas y la guarnición que se encontraba en las Malvinas. Otra vez, el Morning Post, en mayo de ese año, señaló: “Fuerzas británicas tomaron posesión de las islas. Es una circunstancia curiosa tras haberlas abandonado tantos años. Una vez fueron objeto de disputa con España, en manos de quien se las dejó y después quedó como apéndice de Buenos Aires”. Argentina nunca renunció al reclamo de sus derechos y así lo demostraron periódicos como el London Standard y el Royal Cornwall Gazette, que en noviembre de 1833 subrayaron que el entonces representante argentino en Inglaterra, Manuel Moreno, hermano menor de Mariano, “protestó formalmente contra la ocupación”. En diciembre de ese año, el Morning Post reprodujo una carta del gobernador de Buenos Aires, Juan Ramón Balcarce, y su ministro de Gabinete, Manual Vicente Maza, dirigida al Parlamento británico, en la que señalaron que se reclamó “una reparación por el daño, la restitución de las islas y el reconocimiento de nuestro derecho sobre ellas”. De esta forma, la prensa de la época, junto a documentos oficiales e históricos, reconstruye una cronología que prueban los derechos argentinos sobre las islas y obligan a continuar el reclamo por todas las vías diplomáticas.

(originalmente publicado en www. infonews.com)


¿Todavía no le queda claro a todo el mundo que las Islas Malvinas fueron, son y serán siempre argentinas?