sábado, 16 de abril de 2011

Somos cada vez más

Días atrás Florencia Peña publicó en su columna de Tiempo Argentino dijo que cada vez somos más. En realidad es una verdad a medias.




Somos cada vez más los que nos animamos a cantarlo a viva voz en todos lados.




Pero siempre estuvimos. Y Siempre, fuimos mayoría. Por alguna razón sociológica que con el tiempo lograré entender completamente, y que seguramente venga desde las épocas de la proscripción primero y del proceso después, no siempre lo hemos cantado a viva voz.




Nos siguen estigmatizando con aquello de que es malo, feo, grasa o mal visto, ser peronista antes, kirchnerista ahora, o bien, peronista las dos veces, por qué no.




O nos toca escuchar comentarios como que los crímenes de lesa humanidad fueron hace mucho tiempo, que son historia pasada, y que debemos mirar para adelante. Que estas y otras barbaridades las diga el gorilaje, o la oligarquía, que defiende sus propios intereses, es entendible. Pero lo triste es la todavía importante cantidad de aquello que algún poeta moderno dio en llamar la "masa anestesiada" que repite estas consignas. A ellos apuntamos también. Para ayudarlos a entender la historia y la realidad nacional.




Por suerte, cada vez más gente abre los ojos, y a la vez, los que siempre fuimos más, pero cada vez lo decimos más, les hacemos saber nuestras diferencias y demostramos con valentía, que defendemos el modelo actual, que representa al país que queremos dejarle a nuestros hijos.

El Flaco (crítica no literaria)

Acabo de terminar de leer el Flaco. Me duró menos de una semana. Y eso que algunos pasajes son complicados.

Creo que me salvó la forma en que el colegio secundario me abrió la cabeza hace ya más de 20 años.


Es la primera vez que leo a Feinmann. Lo juro. Excepto por algunos pasajes de su primer tomo sobre el peronismo, en alguna librería pocos meses atrás.

Es que no fui nunca lector de Página 12, ni cuando no coincidía con ellos, ni ahora que podría hacerlo varias veces y hasta me lo recomendaron.

Si bien sabía que muchas de las ideas de este filósofo estaban en conexión con la obra de gobierno de Néstor Kirchner, aún así tampoco lo había leído.


Como no leí ninguna de las biografías de Néstor que hay en plaza, y siendo el primer libro que se publica sobre él desde su lamentable pérdida, pensé que se trataría de otra cosa. Que nos mostraría más a Néstor. Tal vez estuve errado yo.

Sí me queda claro que los encuentros habidos entre ambos, Feinmann los volcó todos. Y si de alguno no lo hizo, no fue porque se lo guardó para sí, sino que no sacó nada interesante de ellos y no los mostró.


Debo decir que sin llegar a decepcionar completamente, no terminó de gustarme el libro. Porque de las 300 páginas, a los diálogos, las llenan no más del 10%. Y el pensamiento de Néstor tal vez, otro tanto.

Obviamente el problema no es Néstor, aunque algunas cosas que el autor pone en su boca me puedan generar algunas dudas.


Del restante 80% del libro, la mitad es necesaria para entender los porqués de algunos diálogos, o tienen algo elíptico sobre el tema en cuestión (por ejemplo, la argumentación sobre la negativa a la tapa de Gente, por lo que representa la revista y los personajes involucrados en ella, debería ser texto obligatorio en los colegios secundarios).


El problema lo representa todo ese resto del libro donde Feinmann se autocita, comenta su pensamiento, y se halaga, por un lado, que lo pone cada vez más lejos de "la mierda" como comenta en algún pasaje. Si Feinmann escribió su libro para conmover a un pequeño círculo de intelectuales, tal vez le resulte muy interesante a estos. Pero ocurre que su libro lo van a leer muchos miles de argentinos no tan familiarizados con las corrientes filosóficas ni con ganas de saber cada una de sus obras anteriores. Eso último es mercantilismo.


Otro error de Feinmann es quedarse con aquella visión de Perón como el creador de la Triple A, o un viejo nazi. Más allá de que yo piense diferente, el error no está en su pensamiento, sino en que deja ver que, si alguna vez puso los pies adentro del plato, no lo hizo consustanciado con la causa. Y peor aún. Cuando se debió quedar a pelear por su espacio, se alejó.


Pero para poder terminar de entender esto, aún sin compartirlo, en cuanto me resulte posible (porque por suerte, estoy volviendo a leer mucho, dejando de lado otros menesteres) voy a leer su obra sobre el peronismo, no sea cosa que él ya haya contestado mis dudas, y yo esté dando vueltas sobre temas ya vistos.


Adicionalmente, y tiene que ver con algo expresado en un párrafo anterior, creo que el libro es una muestra excelente para entender en qué consiste el concepto de "entrismo". Pero eso lo explicaré en una próxima entrada.


En definitiva, creo que es un libro que hay que leer. Aunque no nos guste por completo, y aún sabiendo que un 50% es de política, y otro tanto de filosofía.

viernes, 1 de abril de 2011

Volveremos a Malvinas

Inauguramos el Blog con una declaración de principios. Las Islas Malvinas, FUERON, SON y SERÁN argentinas.