Esta segunda parte, se encuentra referida a los
objetivos de diferente tipo planteados por Juan Domingo Perón en el Modelo
Argentino para el Proyecto Nacional, y la siguiente exposición se centrará en las responsabilidades que
le caben a cada uno de los participantes del Modelo, pues a la Patria, la
hacemos entre todos.
Pasemos entonces a revisar los objetivos del
Modelo Argentino, para evaluar si efectivamente se están considerando, o si el
camino tomado no tiene relación alguna con el peronismo.
Parte IV.1:
Objetivo Político
“En lo político, liberación significa tener una
Nación con suficiente capacidad de decisión propia, en lugar de una Nación que
conserva las formas exteriores del poder, pero no su esencia. La Nación no se
simula. Existe o no existe.”
El objetivo político es, en otras palabras, la
soberanía política. Y la política internacional del ciclo kirchnerista es la
mejor imagen de este apartado. En primer lugar con el “NO al ALCA”, luego, con
los magníficos discursos (sostenidos por los hechos) brindados por Cristina
Fernández frente al G-20 y la ONU, y en especial el sostenido recientemente en
este último espacio frente a la directora del FMI Christine Lagarde
expresándole que la Argentina es un país y no un equipo de fútbol al que se lo
sanciona alegremente.
Parte
IV.2: Objetivo Económico
“El país ha producido siempre en función del
beneficio, sin disciplinar cabalmente su producción en función de las
necesidades esenciales de la población.
Es indudable que se perdió tiempo y que los
recursos no fueron convenientemente utilizados. La distribución del ingreso
familiar no es aún la más adecuada y mucho debe hacerse para vigorizarla.”
La cita de este objetivo no apunta tanto al
sentido de la “independencia económica como al pacto social.
Debe entonces obligadamente hacerse la
distinción entre dos tipos de producción: La industrial y la primaria o
agrícola ganadera.
En el primer caso, producción industrial, está
claro que el objetivo de orientarla al mercado interno es un gran logro del
primer peronismo que trascendió en el tiempo. Sin embargo, hay que otorgarle el
mérito al presente gobierno de haber generado las condiciones de crecimiento
exponencial de la actividad industrial en la última década.
El segundo caso, la producción primaria, podría
considerarse que continúa siendo una asignatura pendiente. Pero ocurre que,
darle curso de la manera que lo expresó el General implicaría una suerte de
reforma agraria que no está en la mente del gobierno actual. O bien reflotar una institución señera como el IAPI, lo cual hasta ahora, no parece haber sido previsto. Por lo tanto, se debe
hacer notar la voluntad de orientar a la producción primaria para que no deje
de cubrir las necesidades de nuestra población, antes de pensar en saldos
exportables, política de sentido ampliamente nacional que dio lugar a la lucha
de poderes del año 2008 a
partir del “conflicto del campo”.
Existe un tercer caso aplicable al enunciado
objetivo económico del Modelo, que podría ser la producción de hidrocarburos. La
nacionalización de YPF debería apuntar en dicho sentido. Convertir a esta
empresa de bandera en exportadora sin cubrir las necesidades internas
inmediatas, no podrá ser la mejor solución en función de un objetivo económico
nacional.
Parte
IV.3: Objetivo Social
La Movilidad Social y los Líderes:
“La Movilidad Social fue y sigue siendo alta en
el país. El hijo del trabajador más modesto puede llegar a ser Presidente de la
República. No son muchas las sociedades que en el mundo ofrecen esta
posibilidad.
Huelgan comentarios mayores comentarios al
respecto, desde que la frase parece “soplada” por la mismísima Presidenta de la
Nación y nunca mejor utilizada que en aquel acto del estadio de River donde se la enrostró a Hugo Moyano (que ya empezaba a querer derrapar). La trabajador que era hija de otros dos laburantes, un colectivero y una empleada pública, es
hoy la primera mandataria de nuestro país.
Sigue Perón:
Para no caer en la trampa liberal, en el futuro
deberá emprenderse con inteligencia y honestidad la formación de líderes,
particularmente para que los líderes intermedios en los campos políticos y
sociales complementen su información y cultiven sus valores personales en forma
metódica y sistemática.
El mismo mecanismo de promoción de líderes tiene
que sentarse, en todos los cuerpos políticos y sociales, sobre una verticalidad
institucionalizada que transporte la corriente de poder desde la base.
De este modo, el líder resulta un verdadero
conductor, con mandato real y capacidad probada por el Pueblo, del cual, además
de representante, debe ser auténtico y permanente intérprete.”
A quienes con mayor o menor organicidad
militamos a favor de este proyecto nos consta el importante trabajo que se
desarrolla en tal sentido. Tal vez no tanto o no siempre desde el gobierno,
sino desde las bases, aunque con conocimiento y apoyo del mismo. Porque no debe
ser el gobierno quien capacite, sino que los mismos partidos políticos y demás
organizaciones deben preocuparse por la formación de sus cuadros del futuro a
los efectos de garantizar un prolijo trasvasamiento generacional, como no fue
posible realizar en los años en que se dictó el Modelo Argentino.
A los procesos de formación de líderes ideados
entre otros por el Instituto Gestar, que fue creado por el propio Partido
Justicialista no todos lo conocen. Habrá que ver cómo los llamarán cuando los
conozcan quienes denominan adoctrinamiento a la capacitación de sus integrantes
y cuadros que realizan las organizaciones políticas no tradicionales del
peronismo kirchnerista formadas en los últimos años.
Parece que fueron las mismas organizaciones
sociales de base quienes mejor comprendieron el último párrafo. Y son tan
fuertes los liderazgos (y sus correspondientes apoyos) que las mismas supieron construir,
que por ello se las critica tanto. La crítica suele provenir de políticos o
comunicadores con poca o nula representación.
Medios de Comunicación Masivos y Promoción del
Consumo:
“La opinión pública del país está lo
suficientemente preparada para criticar las informaciones que recibe. En
algunos sectores sociales se pensó que esa opinión había sido confundida con
información tendenciosa, pero no fue así. A pesar de que prácticamente los dos
tercios de la opinión ciudadana soportó décadas de prédica destructiva, mantuvo
una monolítica unidad de convicción. No es posible “vender” ideas al Pueblo.
Menos aún cuando, como en nuestro caso, se encuentra en él una incontenible sed
de verdad.”
Podría escribir todo un tratado sobre este
párrafo. Es clarísimo el nivel de interpretación que nuestra Presidenta, alumna
modelo del legado de Juan Domingo Perón realiza de este apartado.
Es en
resumidas cuentas, ni más ni menos que la Ley de Medios Audiovisuales de la
democracia.
Pero también es la aparición de programas de
neto corte revisionista y crítico de lo que la Presidenta denomina la “opinión
publicada”, como “6-7-8”
y otros similares, aún con sus errores y aciertos.
Parte
IV.4: Objetivo Científico-Tecnológico
“El desarrollo de la ciencia y la tecnología
argentina ha sido hasta ahora fecundo, pero insuficiente.
Fecundo, por el efectivo nivel de acumulación de
conocimientos científicos y tecnológicos alcanzado, principalmente impulsado
por cuatro factores:
1. - El crecimiento de las universidades.
2. - La incorporación de tecnología proveniente
del exterior.
3. - La investigación nacional aplicada
particularmente al sector agropecuario, y
4. - El avance de la investigación de postgrado.
Insuficiente, porque los elementos disponibles
para el avance científico y tecnológico están escasamente aprovechados y porque
no se han creado las condiciones básicas para que exista una consagración plena
del hombre a la investigación científica y tecnológica. Insuficiente, también,
porque el país aún no ha organizado convenientemente vinculaciones estables y
verdaderamente productivas entre el sistema científico-tecnológico, el
gobierno, el sistema de producción física y el sistema financiero.
El párrafo que sigue resume la repatriación de
más de 800 científicos, la creación de Tecnópolis, los avances obtenidos y la
perspectiva de aprovechamiento de las capacidades existentes y potenciales de
nuestros científicos y técnicos.
“Ahora se trata de aprovechar la experiencia
pasada y corregir desvíos cuyos efectos resultan sumamente costosos. Sin
embargo, se ha hecho efectivo un fuerte aporte nacional a la tecnología
autóctona, particularmente en los sectores agropecuario e industrial. Estamos
valorando muy alto nuestra capacidad para originar una tecnología propia; sólo
debemos ponerla en movimiento, conectándola con la producción concreta, con las
decisiones de gobierno y con los apoyos financieros.”
Lo interesante es que forma parte de la redacción del Modelo Argentino. Es decir que pareciera que el mismo Juan Perón le diera su aprobación a la obra de este gobierno.
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Nota: Esta es la cuarta parte de una saga de varios capítulos, y continuará en breve.
Si querés leer las anteriores, estos son los links.
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