sábado, 29 de octubre de 2011

Como para pensar: La garra de Los Pumas es un mito conservador y clasista

Diego Velázquez “La garra de Los Pumas es un mito conservador y clasista”

En una hipótesis contracorriente, este psicoanalista y docente de la UNLZ cuestiona la mirada dominante. “Ganen o pierdan, siempre salen bien parados, mientras que a los futbolistas no se les perdona que ganen dinero.”

Peleando contra la corriente “pumística”, el psicólogo, docente universitario de la UNLZ y humorista Diego Velázquez, escribió: “Los Pumas están aburguesados, juegan todos en Europa, están por la guita, les falta hambre. Hay que jugar con rugbiers del medio local. Ah, no, cierto, no son futbolistas.” Continuó: “De ellos se destaca su pasión mientras que de otros deportes (fútbol y tenis en especial) se destaca que ganan mucho dinero, y no los perdonan si pierden. A Los Pumas no los critica nadie nunca. De esa manera transmiten un mito conservador. Al fútbol no le perdonan su carácter profesional, de allí la fantasía de que antes se jugaba mejor, mito que está presente en textos de El Gráfico de principio del siglo pasado. En cambio, al ‘amateurismo’ del rugby lo resguarda su status social: es el equivalente de ‘no necesitamos trabajar de esto’. Y la ‘garra´’ es una continuidad de eso: no se juega por dinero (reproche que, apenas algo va mal, se le hace al fútbol) sino por pasión. A mi entender, todos mitos conservadores. Aguante Messi.”

–¿De qué estás hablando?

–De cierta visión periodística y de comentarios de mucha gente.

–¿Por ejemplo?

–Muchos hablan del amateurismo cuando en realidad la mayoría de ellos son profesionales que juegan en Europa, una élite también, y está bien que lo sean, porque son buenos en lo suyo. Pero ganen o pierdan, siempre caen bien parados. A los futbolistas sí se les dice que están aburguesados. No se les perdona que ganen dinero.

–Comentarios bien facebookeros: “Que aprendan los del fútbol de la garra Puma” o “Messi no canta el himno, y ellos se emocionan cuando lo cantan”. ¿Coincidís?

–Otra manera de verlo es que Los Pumas se ponen por delante del himno, mientras que los jugadores de fútbol no son histriónicos; son más bien tímidos, al estilo del alumno de la escuela pública, con cierto pudor ante los símbolos nacionales. Se puede ver a esa quietud como positiva. No como una falta de compromiso, sino con un modo de respeto.Pero al futbolista no se le perdona nada. Y la matriz de ese discurso de que no cantan el himno y juegan por dinero es conservadora. Como si hubiera una inocencia perdida, un antes no era así. Un antes que no se sabe cuándo es.

–Es notable la diferencia en los comentaristas de fútbol y de rugby. No critican a los jugadores ni hacen cuestionamientos al equipo técnico, tan típicos en el fútbol. Por qué no le dieron más minutos al fullback o al wing que tenía en el banco, o cosas así, lo que se dice siempre con el diario del lunes.

–El otro día Sabella dijo: “Me conformo con ganar medio a cero”, y lo mataron. Y si Los Pumas juegan a defender, los que tienen que analizar el juego no dicen nada. Hay un acriticismo que, sí, se puede notar claramente. Es una mirada bastante moralista, en el fondo.

–Pero hay una diferencia en la expectativa, creo. En fútbol se espera ser campeón mundial cada vez. Los Pumas encaran un campeonato así con humildad, con el discurso de mejorar y crecer como equipo. Ya meterse entre los ocho está bien. ¿No les reconocés méritos deportivos a Los Pumas?

–Claro, son un muy buen equipo, en la segunda línea mundial. Eso también. No los estoy cuestionando como deportistas ni hablo de ellos. Lo que marco es una mirada que está relacionada con la clase social de la que vienen los jugadores. El trasfondo es ese: aunque no necesitan trabajar, se tiran al piso y se ensucian la camiseta, cuando en realidad eso es intrínseco del juego, no es un mérito en sí mismo. Pero el discurso es: lo hacen por sus valores, valores nobles. Los ponen como ejemplo para “los negros del fútbol que ganan plata”. Es conocida la posición de quienes en el rugby defienden el amateurismo como si fuera una marca de origen.

–¿Leíste en “Cancha Llena”, de La Nación online, el post de un periodista que fue publicado en As, de España?

–No.

–Te lo leo. Ahí es un español, Fermín de la Calle, el que opina que Los Pumas “nunca salen derrotados del campo”. Su artículo está titulado “Los apóstoles de la dignidad”.

–Bueno, es lo que digo. Emocionalmente se los ve como si tuvieran atributos inconmovibles. La garra, la dignidad, el coraje, la entereza. Desde esta posición, Los Pumas por definición nunca flaquean. Y puede pasar que alguna vez flaqueen, que a alguno le pese la camiseta. ¿Por qué no? Son seres humanos.

http://tiempo.elargentino.com/notas/garra-de-los-pumas-es-mito-conservador-y-clasista

La Mejor Alumna – Parte II: Aquella Juventud Maravillosa

Mucho de mi pensamiento para este punto, mientras me daban vuelta las ideas en la cabeza, lo resumió de manera brillante dándome más ideas, Carlos Altamirano, autor del libro “Peronismo y Cultura de Izquierda” en una entrevista brindada al diario Tiempo Argentino.

Es increíble tener la idea en la cabeza y que tenga que aparezca alguien a quien reconozco que desconocía a decir lo mismo que uno pensaba en pocas líneas o de modo parecido como para que lo pueda tomar de guía. Obviamente compré su libro también, que estoy leyendo en estos días (cuando las lecturas de la interpretación de los resultados electorales de los homenajes a Néstor me dejan tiempo).

Siempre admiré muchos aspectos de aquella gente. Con sus aciertos y sus errores. Principalmente, el espíritu solidario que tenían, como no se había visto ni se volvió a ver en el país. Aquellos pibes militaban, iban a misionar a las villas, ayudaban a los más desprotegidos, discutían, crecían, formaban familias, y algunos también, consideraron que la opción armada era la alternativa a seguir, y se jugaron la vida en pos de su ideal. Sobre todo, me lo cuestioné muchísimo en mi juventud, durante los años ’90…

Altamirano hace una mención al kirchnerismo como heredero del camporismo, y que es también el gobierno de quienes se fueron de la plaza en 1974, y que a la vez no optaron por militarizar su lucha. Tal vez sea así. Pero seguramente también sea el gobierno de quienes leían los editoriales de El Descamisado, o de Evita Montonera, medios que intentaban no confrontar con Perón, buscando siempre la forma de entenderlo.

Volviendo al título, esta segunda entrega de la serie, intenta identificar como tal a Cristina, como “la mejor alumna” de entre aquella gloriosa y maravillosa juventud de los ’70.

Y hablando hasta aquí elípticamente de la juventud maravillosa, podemos colegir que fueron los Kirchner, aquellos militantes de La Plata, quienes tal vez sin ser los únicos, los que mejor entendieron la dinámica de aquellos años.

Y aquí deberíamos separar los tantos. La Juventud Peronista movilizaba a cientos de miles de personas por entonces. Lo hizo en Ezeiza, en la Plaza de Mayo, en Olivos, etc. Pero sólo una pequeña minoría de toda esa movilización era parte integrante, adherente, o colaboradora, de los distintos grupos armados. La mayoría de los pibes, no. Aunque existiera una real simpatía con los mismos.

Y aquí aparece nuevamente, dentro del grupo mayoritario, y a la vez en un ambiente altamente politizado como el platense, esa usina de ideas que resultó ser la pareja de Cristina y Néstor. La mayoría de nosotros somos uno políticamente hablando. Ellos tenían la ventaja desde entonces de formar uno entre los dos.

Es imposible no pensarlos como un remolino que se realimenta discutiendo cada idea continuamente hasta elaborarla bien, y formar un bloque sólido de principios para defender.

Para hacerlo gráfico: Si la representación de una idea para cualquiera (en nuestro caso pensando en términos políticos) solía ser la imagen de las lámparas con forma de gota, la de ellos dos son estas lámparas nuevas, de bajo consumo, con los haces de luces entrelazados, que además, iluminan mucho más fuerte y por más tiempo.

Ellos crecieron formando parte de aquella juventud maravillosa y gloriosa. No sabremos si se fueron de la plaza. Si lo hicieron, o lo compartieron, nunca cambiaron de bando. En cuanto pudieron, aunque tal vez les doliera alguna medida, volvieron a leer al Viejo. Estoy convencido que fue así. Y será fácil demostrarlo, cuando en las próximas entregas, desarrolle la idea de la “alumna modelo”.

martes, 25 de octubre de 2011

Perlitas preelectorales para leer con el diario del lunes II

http://www.lanacion.com.ar/1144811-se-condeno-a-si-mismo
Se condenó a sí mismo Por Joaquín Morales Solá | LA NACION

Quizá no lo supo o no lo quiso saber, pero Néstor Kirchner se condenó a sí mismo a la derrota el día en que les declaró a los ruralistas una guerra perpetua. Tampoco imaginó o no quiso imaginar que se sentenció él mismo al descalabro personal el día en el que decidió competir como candidato a diputado nacional por Buenos Aires. Era una buena táctica de campaña para disimular la irreparable pérdida de la mayoría parlamentaria; en el plazo que venció ayer, el resultado fue su ruina.

El kirchnerismo ha concluido anoche como ciclo político. El tiempo que le resta es el de un paisaje resbaladizo, en el que Kirchner hará lo que pueda –o lo que quiera– para preservar una inestable gobernabilidad. Además, el peronismo tiene desde ayer el candidato que buscaba para relevar el liderazgo de Kirchner: es Carlos Reutemann, que ganó en Santa Fe contra la mayoría de los pronósticos. Reutemann es uno de los pocos referentes que el peronismo no discute.

Francisco de Narváez se erigió anoche en uno de los mayores líderes políticos de la Argentina y Julio Cobos se convirtió en el presidenciable de más peso de las corrientes no peronistas. De Narváez no sólo derrotó personalmente a Kirchner, el hombre fuerte de la Argentina durante los últimos seis años; también ganó en el mayor y más contundente distrito electoral del país. De Narváez estaba el viernes decidido a depositar en Mauricio Macri su apoyo presidencial. Aunque Macri no hizo una excelente elección en la Capital, tuvo –debe reconocérsele– un papel protagónico en el proyecto que derrotó a Kirchner por primera vez en 22 años de política. De Narváez contó con el apoyo de Macri en el díscolo conurbano.

De Narváez le aconsejó a Macri, en la noche del viernes último, que lanzara su candidatura presidencial en las próximas 72 horas, si ellos ganaban la Capital y Buenos Aires. Esos triunfos sucedieron. De Narváez está dispuesto a negociar con Macri, Reutemann y Cobos la gobernabilidad de los tiempos inminentes. Lo cierto es que De Narváez sólo quiere despejar pronto el escenario de las futuras elecciones presidenciales.

Elisa Carrió cayó en la Capital, donde salió tercera, y en la provincia de Buenos Aires, donde también ocupó el tercer lugar. Ha cometido errores, aunque sería injusto desconocer que fue el primer exponente de la política argentina en denunciar los desaguisados institucionales del kirchnerismo y la corrupción de muchos funcionarios de confianza del ex presidente. Su candidatura presidencial se diluyó anoche. Hermes Binner terminó siendo víctima de la dura batalla santafecina entre dos presidenciables: él mismo y Reutemann. Binner, como Carrió, no podrá reivindicar un rol presidenciable en las próximas elecciones que definirán a un jefe de Estado.

Sólo Cobos, entre los principales líderes no peronistas, se alzó con un triunfo arrollador en Mendoza. ¿Es sólo casualidad que los tres hombres que tuvieron un notable protagonismo contra Kirchner en el conflicto contra el sector agropecuario (De Narváez, Reutemann y Cobos) hayan ganado en el domingo de elecciones? Seguramente, no. Una lectura de la derrota de Kirchner en Buenos Aires es el profundo rechazo que su figura provoca en el interior rural de la provincia, más profundo que el que estimaban las mediciones de opinión pública. Algo del conurbano se contagió también de esas fobias. Y Reutemann se alejó de Kirchner para que lo votaran los campesinos.

Alberto Fernández, ex jefe de Gabinete, recurría ayer a Einstein: "Si sigues repitiendo los errores, no esperes resultados mejores", aguijoneaba. Y Kirchner redundó en su error de enfrentar al campo hasta ponerlo de rodillas. Llegó a hipotecar la única solución argentina para esquivar una parte de la crisis económica internacional con tal de no perdonarles a los campesinos la irreverencia de haberle dicho que no. Cometió demasiados errores nuevos: desde pronosticar un nuevo 2001, si resultaba derrotado, hasta pedirle públicamente a De Narváez que se presentara ante un juez sospechado y sospechoso. En los últimos tiempos, sólo se rodeaba de Hugo Moyano y del progresismo peronista, que no es malo por progresista, sino por antiguo.

* * *

Acorralado por derecha por De Narváez y por izquierda por Pino Solanas, lo que decantó ayer es que al ex presidente le quedan muy pocos seguidores, se mire por donde se mire. "Tendrá que parcelar el gabinete entre los gobernadores peronistas si quiere conservar el gobierno", se animó a predecir ayer un alto funcionario kirchnerista. ¿Aceptará Kirchner gobernar con un gabinete parcelado y con un Congreso en contra de él? El Congreso se formará con un oficialismo derrotado en casi todo el país. Su composición física cambiará el 10 de diciembre; su composición política se modificará desde mañana.

Anoche, en la intimidad de un debate consigo mismo, debió pensar que lo que sucedió ayer (cuando perdió hasta en su natal Santa Cruz, que dominó con mano férrea durante casi veinte años) fue algo más que una derrota: fue una guillotina que cayó, rápida y definitiva. No tiene mucho tiempo para contestar aquella pregunta sobre sus posibilidades de controlar el gobierno: los conflictos de la Argentina se abatirán sobre él y su esposa velozmente. Toda derrota opera sólo para diezmar el poder.

Kirchner pertenece a esa raza de políticos que no abandonan el poder hasta que los echan. La incógnita consiste en saber –y aún no se sabe–si él considera que ayer la sociedad lo echó. Debió de ser una dura sorpresa para él si sus palabras íntimas de los últimos días ("Ganaremos Buenos Aires por más de 10 puntos") fueron sinceras. Si fue franco, entonces hay que creer que está desde hace mucho tiempo perdido en un laberinto de paranoias conspirativas.

Solanas fue la expresión de un voto moral y de rechazo a la corporación política tal como es. Al mismo tiempo, el más fenomenal aparato político del país, el peronismo bonaerense, caía batido por un recién llegado a la política. "Jugó la selección argentina contra Talleres de Córdoba. Y ganó Talleres", ironizó un peronista perdidoso.

Es cierto. El núcleo duro del poder se había derrumbado. Kirchner, Daniel Scioli, Sergio Massa, Alberto Balestrini y casi todos los intendentes del conurbano cayeron en un paisaje calcinado por esperanzas derrotadas.

Perlitas preelectorales para leer con el diario del lunes I

http://www.lanacion.com.ar/1346730-quien-sera-el-proximo-presidente

La presidenta Cristina Kirchner ganaría la primera vuelta, pero perdería la segunda. El próximo presidente podría ser Mauricio Macri, con el apoyo de Francisco de Narváez y Eduardo Duhalde, porque hay un principio de acuerdo para concretar una sociedad política. Daniel Scioli iría por la reelección en la provincia porque jamás se atrevería a romper con la viuda. Ricardo Alfonsín triunfaría en la interna frente a Ernesto Sanz, pero
terminaría tercero en la general porque expresaría una versión más honesta del kirchnerismo. Pino Solanas
haría una excelente campaña y les quitaría votos tanto a la Presidenta como al radical. Gabriela Michetti sería la candidata a jefa de gobierno de la ciudad y obtendría más votos en primera vuelta, pero debería esmerarse
mucho para ganar en el ballottage, frente a Daniel Filmus o Solanas, si al final el cineasta decide postularse en ese distrito.

Estas son algunas de las conclusiones parciales sobre las próximas elecciones presidenciales de octubre obtenidas en enero, después de hablar, entre la arena y el cemento, con diversas fuentes: dos ministros que apoyan la candidatura de la Presidenta, un funcionario cercano al gobernador Scioli, un radical que trabaja para Alfonsín y otro para Sanz, personas muy cercanas a Macri, De Narváez y Duhalde y dos encuestadores que no trabajan para el Gobierno.

Cada una de las afirmaciones merece una explicación. Hoy, Cristina Kirchner tiene un poco más del 30 por ciento de intención de voto. Uno de los encuestadores le otorga hasta el 35 por ciento. El mismo profesional asegura que detrás de ella se ubica Alfonsín y enseguida Macri, ambos con un poco menos del 20 por ciento. El otro encuestador sostiene que Macri supera por muy poco al hijo del ex presidente y que hacia fin de año quedó posicionado como la mejor alternativa contra el oficialismo.

La muerte de Néstor Kirchner hizo subir la intención de voto de su esposa hacia un techo que, hasta noviembre pasado, perforaba los 40 puntos. Aquel impulso hizo pensar a propios y extraños que ella podría ganar en primera vuelta. Pero desde ese momento viene cayendo y sus decisiones sobre los sucesos de Villa Soldati le hicieron perder buena parte del apoyo de la clase media.
Ambos encuestadores vaticinan que la curva seguiría en descenso, lento pero continuo, por el desgaste en el
ejercicio del poder.

El ministro cristinista piensa que la mayoría de la gente va a volver a elegir a la Presidenta porque el consumo no se detiene y los recursos que van a gastar en la campaña harán cambiar de parecer a muchos indecisos. Es decir que al núcleo duro del 25% de votos kirchneristas se le van a sumar por lo menos otros 15 para imponer a la jefa del Estado en primera vuelta. "¿Y Scoli?", le pregunté. "Daniel sólo irá por la Presidencia si Cristina se lo pide. Y ella no se lo va a pedir nunca", aseguró.

Un fuerte candidato de la oposición coincide en parte. Acepta que el kirchnerismo posee un núcleo duro del 25 por ciento. Pero asegura que los que jamás votarían a Cristina representan por lo menos la misma cifra y que la porción por conquistar está en el 50 por ciento del electorado no politizado. Es decir: personas que todavía no piensan en las elecciones de octubre porque están de vacaciones, o a punto de empezarlas o de regreso al trabajo y el estudio, después de unos días de descanso.

Para argumentar que para las presidenciales falta una eternidad, el dirigente recordó que en marzo de 2009 el candidato Kirchner tenía una intención de voto del 25 por ciento y que De Narváez apenas arañaba el 15 por ciento. "Tres meses después, el Colorado le ganó a Néstor con un poco más del 30 por ciento de los votos." Para él, la pelea entre la continuidad y el cambio se debería definir, por lógica, a favor del segundo concepto. "Y en la Argentina ninguna fuerza política puede gobernar dos períodos seguidos. Siempre la sensación de hartazgo le ganará al mejor candidato", concluyó.

Pero la pregunta clave es: ¿quién se erigirá como el representante del cambio, lo nuevo o lo distinto? El Gobierno eligió a Macri como su principal adversario porque cree que así polarizará el electorado y ganará las elecciones. Y el jefe de gobierno de la ciudad está seguro de que será candidato a presidente y que De Narváez y Duhalde terminarán apoyando su movida como la única forma de asegurarse que el kirchnerismo no continúe en el poder.

¿Cuáles son las verdaderas posibilidades de Alfonsín? En la Unión Cívica Radical casi nadie duda de que le ganará las internas a Sanz y que eso afectará mucho las expectativas de Cobos. Lo que ponen en duda dentro y fuera del partido es que el diputado nacional sea percibido como la figura capaz de gobernar la Argentina con mano firme frente a factores de poder como Hugo Moyano o dirigentes sociales como Luis D'Elía. En todo caso, Solanas y Carrió van a buscar los mismos votos que persigue Alfonsín. Y una parte de ese electorado es
también el que Cristina Kirchner aspira a seducir para hacer la diferencia.

Si la Presidenta tocó su pico de intención de voto después de la muerte de su marido y los líderes de la oposición irán subiendo en las encuestas a medida que se acerque la fecha de la elección, la gran incógnita será en qué momento se cruzarán las curvas.

Igual, en la Argentina, ocho meses equivalen a más de una vida. Y puede pasar de todo: desde que la Presidenta no se presente por razones personales o porque tema perder la elección hasta que un imponderable como la muerte de un militante termine por colocar todo patas para arriba.

lunes, 10 de octubre de 2011

La Mejor Alumna – Parte I: La Heredera del Legado

Estoy convencido y seguramente no sea el único que piensa que entre Perón, Evita, Néstor y Cristina hay una continuidad en la línea histórica de pensamiento. Donde no todos van a coincidir es en el eje de mi razonamiento, que expongo a continuación.
Perón era racional, pensante, metódico y ajedrecista políticamente hablando. Escuchaba a todos y sabía tragar sapos.
Eva fue pasional, emprendedora, abanderada de las causas difíciles. Vivió a mil y no llegó a disfrutar su obra. Dejó su vida en el esfuerzo, tras ocho años de dura lucha, desde que conoció a Perón hasta su muerte.
Néstor era similar. Tres meses de campaña le bastaron para llegar a la presidencia demostrando sus aptitudes para sumar adhesiones, y guardando lo mejor para demostrarlo desde su discurso inaugural y en lo sucesivo como líder. Su vida fue una lucha a favor de la grandeza de la patria (en lo económico, en lo espiritual y en. Y a esa lucha le ofrendó su vida, dejando su huella en los militantes y en más de la mitad del país.

Y a Néstor, a Eva y a Perón, los heredó Cristina. Sin ningún lugar a dudas, la mejor alumna de los tres, pero especialmente, del viejo.
Porque cuando nombramos a los 4, yo estoy convencido de que Néstor era como Eva. Y Cristina como el Pocho. Su mejor alumna.
Cristina que supo ser una legisladora vehemente en la defensa de sus convicciones, es ahora tranquila, racional, amable en el trato, convincente, sin fisuras en su discurso (al cual nunca necesita leer) ni levanta la voz. Es la mejor alumna, del mejor Perón.

Esto que planteo voy a demostrarlo o sustentarlo. A partir de ahora, con paciencia, intentaré volcar los argumentos de este pensamiento en sucesivas publicaciones.